Existen muchos aspectos a considerar a la hora de adquirir unos canarios, es de mucha importancia
saber en la medida de lo posible su procedencia, de allí la importancia de recomendar que los
ejemplares se adquieran mediante los criadores - canaricultores reconocidos y afiliados a clubes y
federaciones de lo contrario corremos el riesgo de no saber exactamente de donde provienen,
desconociendo su edad y con posibles enfermedades que pudieran en corto tiempo ser de vital
importancia para la vida del canario. En tiendas especializadas en ventas de canarios y sus accesorios,
se pueden conseguir canarios que pueden ser buenos ejemplares, ya que la procedencia de los
mismos en algunos casos son de criadores reconocidos que le venden sus ejemplares a las tiendas,
pero otras veces no es así, entonces es importante que el canario este identificado con su anillo, que
por medio de este como mínimo sabremos de que año es dicho canario, se recomienda no adquirirlos
con mas de 3 años de vida. Digo todo esto dando por hecho que en la mayoría de los casos el criador –
canaricultor se esmera mas por tener en su criadero o aviario los mejores ejemplares, mientras que
otros se esmeran solo en la parte reproductiva para su comercialización, existiendo una gran diferencia
en el cuidado, mantenimiento y protección de los mismos.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de canario que queremos, -explicado anteriormente los tipos
de canarios que existen comúnmente,- por lo que en caso de no saber, debemos asesorarnos con
alguien que sepa y adquirir entonces con lo que mas nos identifiquemos: canarios de canto, de color,
o Forma y postura, de manera de no caer en errores muy comunes de adquirir ejemplares, que después
no es el de mayor agrado y en algunos casos juntamos canarios de diferentes tipos, desmejorando la
raza y para nada consiguiendo canarios de calidad. Por lo general los canarios viejos se caracterizan
por las famosas escamas que le salen en las patas, aunque en algunos casos se ven en pájaros jóvenes,
pero es una buena referencia para saber si es un ave joven o de edad.
El criador que tenga intención de que sus canarios puedan aparearse y reproducirse, debe ser
consciente del mayor compromiso que exigen los cuidados y de la manutención que entraña el ciclo
reproductivo. Caso de que desee sustraerse a las molestias de la nidificación, deberá de todos modos
instalar en la jaula un nido que permita a la hembra efectuar la puesta, procediendo después a retirar
los huevos sustituyéndolos por otros falsos. La hembra tendrá de esta manera la ilusión de incubar
normalmente.
Es oportuno, sin embargo, que el canaricultor sepa que el hecho de no poder completar el ciclo de la
reproducción no resulta beneficioso para la salud de las hembras, por lo que, de no ser posible permitir
que las hembras se reproduzcan adecuadamente, es aconsejable no adquirirlas y tener en la jaula
solamente a un macho. Dos canarios Machos no se pueden tener juntos, ya que acabarían peleándose e
hiriéndose mutuamente, algunos casos fatales.
Una vez seleccionadas los pájaros por parejas, (pájaros sanos sin ningún tipo enfermedad), entra el
periodo de familiarización, que no es otra cosa que meterlos en la misma jaula con la separación entre
uno y el otro, donde se le colocara al lado de la hembra su nido y todo el material necesario para su
elaboración, y su correspondiente dosis de vitamina E, yo particularmente divido esta etapa en 2, una
con la división cerrada, de manera que no se vean entre sí, que solo se escuchen y, la otra separados
mediante la rejilla que se puedan ver. Este periodo puede varias entre 20 a 40 días, según lo templado
de los pájaros que se observará mediante el canto excesivo del macho y la nidificación de la hembra,
y el pío característico, estos dos aspectos serán de mucha referencia para saber cuando la pareja
esta lista para aparearse. Así como también el comportamiento mutuo de darse comida por medio
de la rejilla.
Algunos criadores reúnen al macho y a la hembra en el último momento en la jaula de incubación pero,
en este caso, es posible que las dos aves no se pongan de acuerdo porque tal vez a una de ellas no le
agrade el compañero que le haya elegido el criador. A veces la situación se traduce en simples peleas
y otras en combates que pueden culminar con la lesión o la muerte del ejemplar no apreciado,
generalmente la hembra es reacia. Es evidente que si, tras las eventuales peleas iniciales, los dos
ejemplares no acaban por aceptarse recíprocamente – lo cual ocurre con cierta frecuencia -, habrá que
renunciar a la elección y efectuar otra. También ha sucedido que se gusten aunque se hayan
emparejado a última hora, pero es mejor irse por lo más seguro.
Si hasta este momento todo ha salido bien, se procede a quitar la rejilla de separación, en oportunidades
en ese mismo momento se efectúa la relación, otros casos los pájaros se terminan de familiarizar y
explorar el otro extremo de la jaula, pero más temprano que tarde se producirá la pisada como
coloquialmente se le suele decir, entonces a la vuelta de de pocos días la hembra ya estará poniendo
sus huevos, que comúnmente varían entre tres y seis huevos, poniendo uno por día, todos estos dentro
de las 7 a 9 de la mañana, raramente saltan algún día sin poner, pero ha sucedido.
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